miércoles, 16 de enero de 2008

PALABRAS ESCRITAS Nº 4 primera parte



Revista

"PALABRAS ESCRITAS"
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un diálogo
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entre Brasil
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e Hispanoamérica.....
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Nº 4
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primera parte
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Número dedicado a la obra de Julio Cortázar
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Asunción, Buenos Aires, Servilibro 2007
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noviembre 2007.
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DIRECCIÓN:

Luis Hernáez, Amanda Pedrozo, Alejandro Maciel.
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PREFACIO
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Un docente de cierta universidad europea escribió a la revista solicitando una definición programática del NIRE como agrupación de escritores. Tal vez pensó que antes de reunirnos aquella vez en los salones de la Embajada Argentina en Paraguay habíamos redactado algún manifiesto donde constara con cierta fidelidad las intenciones estéticas de los autores autoconvocados bajo el nombre de “Núcleo de Integración Regional de Escritores”. La única idea firme en esa lejana asamblea era la de integrar, esto es, lo contrario a “desintegrar” verbo que las sucesivas bombas atómicas ya nos lo enseñaron demasiado gráficamente para tener que repetirlo en estas pocas páginas.
Integrar fundamentalmente el universo literario hispanoamericano con el del Brasil.

Toda vez que se nos da la oportunidad Amanda, Luis y yo (los tres reyes magos de esta cruzada idealista) repetimos una vieja prueba que invariablemente da siempre el mismo resultado: pedimos al público que nos den cinco nombres de escritores/as brasileños contemporáneos o el título de sus obras. Nunca conseguimos el milagro de obtener una sola persona con la respuesta. Pero si atendemos a los discursos políticos en radio, televisión (vidriera de la realidad), periódicos y revistas nos sentimos tentados a creer que esta integración ya es un hecho consumado. En el plano de la literatura sigue siendo ficción.

No nos conocemos. Eso ya lo sabíamos aquel agosto del año 2004 cuando firmamos el protocolo de fundación y sigue vigente con vigor en esta defunción del año 2007 que se cierra. ¿Es necesario otro propósito entonces, mi querido profesor? ¿No es suficiente que un pequeño grupo de autores se reunan para conseguir paso a paso el intercambio y conocimiento entre dos contenidos prácticamente desconocidos dentro del mismo continente? Sin apoyo del Estado, cada vez en peor estado, malogrado por el crecimiento monetarista de la inflación globalizadota. Sin apoyo de las grandes empresas del mundo de la cultura. Si apoyo de los mass media cada vez más ávidos por pescar la inmediatez de las trivialidades que rápidamente se diluyen como pompas de jabón para ser reemplazadas por otras urgencias igualmente anodinas.
Seguimos avanzando a paso lento. Algunos, muchos, ya se cansaron pero nosotros seguimos avanzando con la ayuda de Servilibro y la obstinación contra viento y marea. Las Embajadas del Brasil en Paraguay y Argentina nos dieron la oportunidad de presentar los primeros números en el centro Tom Jobim, en la Feria del Libro de Buenos Aires 2007 y en el FUNCEB. Este nuevo número se lanza en las Ferias del Libro de Porto Alegre y Pelotas RGS.

Tengan la seguridad de saber que siempre que nos abran una puerta para consolidar esta integración podrán faltar funcionarios públicos pero nosotros estaremos presentes.
Los fundamentos estéticos de toda integración, mi querido profesor, son muy parecidos a los éticos.
Así sea.

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Alejandro Maciel
Buenos Aires, octubre 2007.

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ANTOLOGÍA DE POETAS
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BRASILEÑOS CONTEMPORÁNEOS
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Organización
Floriano Martins y José Geraldo Neres



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Rodrigo Petronio[1]
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MEDITACIÓN A LAS MÁRGENES DEL RÍO AMARILLO
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Quemé la pólvora de mis días leyendo las entrelineas del capital.
Decidí que el mundo fue hecho para acabar en un libro.
Esterilicé la tierra y alteré el curso de los ríos.
Erigí palacios de papel sobre estructuras y vigas de vidrio.
Oscurecí la noche y saqué los dientes de las sonrisas.
Apagué la memoria de los muertos y maté la vista de los vivos.
Carcomí el azul del cielo y corté las raíces del trigo.
Hoy mi imperio vacila y revienta como un cuerpo fofo lleno de estrías.
Los niños están viejos y arrugas brotan del amaranto.
Todo lo que toco parece tener dos mil años.
Talvez eso sea el inicio de lo que llaman sabiduría.

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[Trad. Carlos Osorio]

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MEDITAÇÃO ÀS MARGENS DO RIO AMARELO

Queimei a pólvora dos meus dias lendo as entrelinhas do capital.
Decidi que o mundo foi feito para acabar em um livro.
Esterilizei a terra e alterei o curso dos rios.
Ergui palácios de papel sobre estruturas e vigas de vidro.
Escureci a noite e tirei os dentes dos risos.
Apaguei a memória dos mortos e matei o viço dos vivos.
Carcomi o azul do céu e ceifei as raízes do trigo.
Hoje o meu império vacila e rebenta como um corpo balofo cheio de estrias.
As crianças estão velhas e rugas brotam do amaranto.
Tudo o que toco parece ter dois mil anos.
Talvez isso seja o início do que chamam sabedoria.

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SALDO

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Piel de Levy en el tragaluz del príncipe de Gales.
Cabellos de Sara en las sandalias de las putas de Berlín.
Un joven circunciso muestra el glande tatuado
En una revista sodomita made in USA.
Sólo para los elegidos fueron hechos el reino de los cielos y la ley.
Vi Isaías capítulo IV versículo VI.
A las márgenes del Ganges un asceta aspira a la gracia
Y la estrella de cinco puntas gira en sentido anti-horario.
I hate nigers and I want to kill Mahoma
Meando en el Muro de las Lamentaciones.
Y el enigma de los tiempos se ofrece en una rosa refractaria
Que bajo su corona de pétalos se recomponen incontinenti
Y en la espiral de la historia se repite como farsa.

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[Trad. Carlos Osorio]

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SUBURBIO

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Niñas de vestido corto escriben sus nombres en el fango.
Paredes podridas suspenden sus bocas
Y en círculo de fuego ofrecen una faz color de mora.
Tendederos tendederos tendederos
hilos infinitos donde el viento telegrafía su mensaje.
Un hombre parado revisa la basura y tritura las sobras de su hijo.
Tengo fe en el amor y fe en el siglo XXI
La radio grita
Y de la gruta oscura de una sonrisa reluce una pepita.

Caballos pastan en vagones abandonados.
Matorral tupido para vestir muertos anónimos.
Pisadas sin dueño por los barrancos se entrecortan.
Niños arrugados por el blushe acomodan las mini faldas.
El sumidero fertiliza un campo de sueño.
Cosas y personas giran en una misma órbita.

Por la noche los astros se recomponen incontinenti
Y vuelven a circular en su fábula y en su orden antigua.
Los bichos roen el estrado el colchón la almohada
Pueblan el cuerpo y cavan galerías por dentro de la barriga
Indiferentes al hombre que viaja desconectado
Y a la deriva sueña solito el sueño del progreso.

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[Trad. Carlos Osorio]

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RAMAS

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Faroles colgados en la noche
Cortan las alamedas se mueven sobre un escenario
Movedizo de sombras se engastan
En la moldura comida de un retrato.
En medio del mundo la ciudad desaparece
En la fluidez de un sueño habitado
Por voz o resonancia de gente
O por el chirriar monótono de algún estrado
Violando el silencio el narcótico el oasis
La ciudad desaparece bajo mis ojos y zapatos
Que la recogen vanamente en el mapa
Todavía escucho el chasquido de sus ramas

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[Trad. Floriano Martins]

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MÁS ALLÁ DEL ESPEJO

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Me vestí con tu piel y con tus ojos sangré esta mujer que canta.
Los labios de las hojas silban contra el viento de los vagones que te recortan, España.
Atrás
de esta ventana mi padre contempla el ganado en su órbita.
Por el raíl dos vidas se entrelazan en una sólo rota.

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[Trad. Floriano Martins]

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Lucila Nogueira[2]





FUEGO DE SAN TELMO

I

Suelto la amarra de todos los pájaros
cetrera a la deriva de tu nombre
perdida de sargazo y de marisma
invado la escalera de tu sueño

hasta que te levantes del silencio
marítimo y mimético gigante
traspasando la sed sobre mis piernas
portal de obsesivas caravanas
navegando en mis súbitas arterias
en mi infinito azul tan subterráneo
flameando por mi fiebre sumergida
el suave y primitivo dios neptuno
y entonces grito fuego de san telmo
y la calma desciende hasta mi sangre


II

Si grito así no pienses que reclamo
y hiende y dobla y prensa
victorioso amante
en mi felino cuerpo trepidante

que los débiles mueran de quimera
vas renaciendo en garras incesantes
sobre mi piel tan ávida de fieras
mis canales de fuego alucinante
sumergido y fluctuante y por siempre
yendo y volviendo y luego regresando
tus cabellos mi flora en un perplejo
continuo inaugurar de fuerza extraña
y el mar entero corre en nuestros gestos
por donde bate el corazón humano


FOGO DE SANTELMO

I

Solto as amarras de todos os pássaros
alcândora à deriva de teu nome
perdida de sargaço e maresia
invado a escadaria de teu sono

até que te levantes do silêncio
talássico e mimético gigante
atravessando a sede em minhas pernas
portal de obsessivas caravanas
nadando em minhas súbitas artérias
meu infinito azul subterrâneo
faísca em minha febre submersa
suave e primitivo deus netuno
e então eu grito fogo de santelmo
e a calmaria desce no meu sangue

II

Se grito assim não penses que reclamo
e fende e dobra e prensa
vitorioso amante
o meu felino corpo trepidante

deixa que os fracos morram de quimera
vai renascendo em garras incessantes
em minha pele ávida de feras
em meus canais de fogo alucinante
e mergulhando e flutuando e sempre
indo e voltando e logo regressando
teus pêlos minha flora num perplexo
contínuo inaugurar de força estranha
e o mar inteiro corre em nossos gestos
por onde bate o coração humano



NAVE EN EL DILUVIO

Más fuerte que los dioses soy ahora
senos quemando en el olor de lluvia
sangre en cauce del sueño, rosa y piedra:
fémina abstracta de un dragón nocturno

concha dilacerada, espada bruta
cesta de soledad única y múltiple
y hojas, astros, colores, mares súbitos
no pueden contener la voluptuosa
soberana visión, pantera ardida
simétrica memoria ya desnuda
más fuerte que los dioses en esta hora
fugaz, cristal de nave en el diluvio




OH HOMBRES DULCES

ya van a ser siete años
que mi cuerpo se durmió en la isla de Samos
al son de la voz del mar y címbalos de bronce

hombres feroces
recubrirán la poesía
con la dureza de sus días

oh hombres dulces
tirada estoy de bruces
a la flor de las acequias.




MAS NO DEMORES TANTO

El cuerpo –dicen– ya no será jamás el mismo
en su reflejo exterior
pero algo se dirá de las cavernas fosforescentes
que navegan al hambre del demonio
en la hora de su resplandor

Mira mi cuerpo antiguo en la curva de la cascada o el timón del barco
Yo soy un pájaro nocturno perturbado
Y te ofrezco mis senos tan blancos
en una escala secreta del mar Caspio.

Alguien habló de un modo descuidado
y las gárgolas de Notre Dame
tornearán los pezones
como breves y clandestinos fuegos fatuos.

El cuerpo –dicen– ya no será el mismo
desesperadamente te deseo
mientras navego rocas subterráneas
al borde de la conciencia humana
y la grieta de la atmósfera interfiere en la raya luminosa
en el centro de la pantalla de la televisión que se descompuso.

Porque en aquel tiempo
el amor era como un príncipe borracho
y forzosamente hindú
era él como la voz ronca de Dionisio
haciendo sonar las teclas del piano austriaco
abandonado en la pasarela roja
de un carnaval de plumas en la calle del Buen Jesús.

Salí por el embarcadero embriagada
arrastrando candelabros escarlatas
en el río de letreros luminosos
mientras la lluvia batía en la punta dura de aquellos seños
ardiendo siempre de tanto amor.
Todos estaban de más y no sabían
mas cuando tú me pegaste fuerte yo me sorprendí tímida
y hasta hoy estoy huyendo entre palmeras
por las calles líquidas de vino y de neón.

Digo que continúa urgente la ilusión de ese momento
acometido de inenarrables confesiones.
Utopía prisionera en el cartílago húmedo,
cuando tu boca recubra el seno
seremos entonces las dos otras caras
de una misma única posesión,
como una historia adherida en la otra
mientras se lame el lacre de la carta escrita en la infancia
que un agua súbitamente tibia casi extinguió.

Cómo decir, sin extrañarte: recházame
que la dama desnuda al teléfono puede estar en el trance
a que tanto aspiras bajo el rojo de las linternas
mientras la lluvia cubre los tejados en la costa.
Todo ahora se volvió tan urgente
que duele la espera inmemorial de las muñecas
sobre la madera oscura
inmóviles mas no inertes
esperando su número de magia
quebrando la banalidad de los noticieros de la televisión.

la blusa de satín verde tiene un escote de princesa judía
asesinada en un campo de concentración
espléndido violinista, vamos enloqueciendo vagorosamente.
La blusa de satín verde deja entrever la parte muerta de la carne blanca
bajo la luz del globo fosforescente
girando sobre los bailarines
mañana invisibles del bar Royal.

Cierra los ojos y piensa en lo que quieras
mientras las manos y las bocas cumplen derroteros de paisajes desérticos,
mientras toco nuevamente
mi piano austriaco en la calzada del puerto
y el mar casi revienta las ventanas dalinianas de la Bodega XIV.

Porque el espíritu ha de ser siempre el mismo
desafío tu preferencia
y la blusa de satín verde sin mi cuerpo dentro
tiene aún un océano de lentejuelas
reflejando la vibración de la piel
que por algunos momentos la habitó.
Dragón gigante
lengua demoníaca
unión clandestina
avieso estancamiento
abismo volcánico
donde la partitura se deshace en notas por cubrir la pauta
que guía al violonchelista al Palacio de Cristal.

Cierra los ojos y bésame de modo frágil
porque todo se volvió más urgente
desde el Museo Serralves y los diseños rosas del mármol
revelan caminos recifenses de la piel enclaustrada
soñando el éxtasis de la resurrección.

Tu mirada tiene el mismo brillo de un lanzador de cuchillos
mientras giro en la rueda sobre mí misma
dramáticamente presa en las amarras
al son de Tchaikovski en la Obertura 1812.

Tu mirada es como un címbalo milenariamente gigante
que ronda los planos de la Regla hasta la calzada de Copacabana,
tu mirada es como un barco vikingo que pide ensenada
desde los cocales de Recife hasta los verdes pinares gallegos
que dotan de sombra al romance de mis bisabuelos.

Sé que has de venir bajo la nieve enlunada
llevando la linterna en el cuello del caballo blanco
y me tomarás al galope en tu capa de terciopelo negro
mientras en el circo abandonado la trapecista continuará durmiendo
totalmente desnuda
en la jaula de los leones.

Sé que has de venir ferozmente hechizado
en ese rapto anunciado para cruzar las aguas del Capibaribe al Duero
y bailaremos a la luz de un candelabro de siete brazos
hasta que el sol seque las siete sayas
tiradas al son de siete violines
durante las siete noches del encantamiento.

Mas no demores tanto.
Que amar es el arte
de hacerse presente
y todo lo que necesitamos
es la poesía,
locura y énfasis
en el acto heroico de reabrir las puertas
de la carne mansa que se equivocó.

Que el cuerpo –dicen– ya no será lo mismo
y lo que era asedio puede retemperarse en fuga
y hasta nosotros –dicen– no seremos los mismos
en el extraño instante de rayo láser
en que llega sin aviso el placer de la mañana.


IDENTIDAD

Sólo soy el espasmo de tu cuerpo
traigo el vértigo que acelera el sueño
soy ímpetu solar y el exagero
de carne en trance por calmar tus nervios

soy la rudeza que te inmoviliza
y esa dulzura armada de improviso
soy el fuego absoluto en las ojivas
el terciopelo que acaricia tu ira

yo soy ese desdén luciferino
por todo lo banal y sin poesía
y soy fiebre incesante y obsesiva
en ansia que trasciende de la vida

soy niña frágil que resiste
y que conquista el mundo, mas es triste
y ese pecho doliente, calcinado
por soportar el mundo en intervalos

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Marco Lucchesi[3]
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[PLENA MADRUGADA]

Plena madrugada: la casa
estaba quieta y el mundo
en calma.
No había dioses
o estrellas sobre
el firmamento.
Columnas de libros,
manojos de cartas,
y otros recuerdos,
evocados
sin piedad
o remordimiento

(éstas
ocupaban
realmente
el cielo
del solitario),

parecían
desmentir la
caducidad
de las cosas,
las que se fueron
y de las cuales
siente saudade.
Percibió la fragancia
de pasado mañana
(ojos verde mineral,
rostro plateado,
manos de sándalo)
y de tanta
extraña y siniestra
desolación,
sólo le quedaba
la muerte,
al evocar
sueños de gloria
astros desprendidos,
de otros cielos,
impensados
e impasibles.

[Trad. Margarito Cuellar]


[PLENA MADRUGADA]

Plena madrugada: a casa
estava quieta e o mundo
estava calmo.
Não havia deuses
ou estrelas pesando
o firmamento.
Pilhas de livros,
maços de cartas,
e outras lembranças,
evocadas
sem piedade
ou remorso

(estas
ocupavam
realmente
o céu
do solitário),

pareciam
desmentir a
caducidade
das coisas,
das que se foram
e das quais
sente saudade.
Percebeu a fragrância
do passado-manhã
(olhos verde mineral,
rosto prata,
mãos de sândalo)
e de tanta
estranha e sinistra
desconsolação,
só lhe restava
a morte,
ao evocar
sonhos de glória,
astros despregados
de outros céus,
impensados
e impassíveis.


[CÓMO SALIR DE ESE ANTIUNIVERSO…]

¿Cómo salir de ese antiuniverso,
cómo abandonar esa nulidad,
cómo olvidar a los que no vieron,
cómo liberarse
de ese abismo de sombras,
de ese mundo negativo,
de cosas
mal iluminadas y tristes,
y lograr la belleza oscura
y redentora,
que es más forma
que antiforma,
más piel
que antipiel,
el cuerpo santo,
de verbena
y cobalto
el cuerpo santo,
¿Qué hay de
liberarlo
del tálamo
de la muerte?

[Trad. Margarito Cuellar]



[CAMILA ERA JOVEN]

Camila era joven y seductora.
Su cuerpo amanecía
como la soleada Palestina,
y el fulgor del lápiz-lazúli,
y los misterios de los jardines
de Assurbanipal (las magnolias,
y acacias, sándalo
y cedro), y sus ojos,
nocturnos, absolutamente nocturnos,
como saben ser nocturnas
las noches de Siria
(dioses muertos
y extinguidas estrellas!),
sus ojos nocturnos
invitaban
al solitario a dormir
el sueño de la semejanza,
agotado de albas
y crepúsculos,
aturdiéndose
en las
tinieblas
de la
historia.

[Trad. Floriano Martins]



MAURITANIA

La brisa del Atlántico y el soplo del desierto mueven horizontes en mis venas… La conmoción del silencio se detiene en estos ojos, profundos y sombríos. La Luna, con su vieja jelabá, despunta en los tristes minaretes.

Día limpio y claro. Aquí mueren los sueños sombríos. Cesan las tempestades de arena –agujas que fustigan nuestros cuerpos. Chinguetti nos salva del amorfismo. De la espesura de la nada. Libra al desierto de nubes y sombras. Aligera el deseo nómada del cuerpo… Los rostros de Chinguetti son más que espectros.

De los mares de arena, de los mares del no-tiempo, emergen fragilísimos oasis, que pueden, por descuido, volver al abismo donde flotan, víctimas del tiempo-madre, que no perdona a los que abandonan sus vientres de arena y resisten, obstinados, a los vórtices de viento que barren esas vastedades… Dios está más próximo que la yugular.

Tempestades de arena. Desasosiego. El espacio no cesa; el tiempo que no pasa. Se mueven las dunas estáticas. Poderosas y rojizas. Arenas que generan calma y desesperación. Los bereberes son arpas tocadas por el viento. Deseo de muerte-vida. Pesan los riñones. Pesan los pulmones. Pesan de arena. Esos parajes no conocen término medio. Matan o redimen.

La noche abraza el cuerpo del desierto. La claridad inmune del cielo. La Vía Láctea se desmorona sobre mis sueños: estrellas nítidas, resplandor de abismo, cuerpos fríos. No sé quien soy. Pero siento la llama… La noche abraza el cuerpo del desierto. Por todas partes el silencio del Simurg.

El desierto es habitado por una estirpe de demonios y asesinos. Donatarios de nada. Porciones de arena. Espejismos de arena: trama del deseo. Espacio: fuente de ilusión. Laberintos. Promesas. Una sombra de melancolía. El desierto es simulacro. Fuera de él, no sé vivir sino por metáforas.

Para un reclamo en estas soledades. Una herida en las dunas. Un rostro flotante. Sangre en la arena. Muerte en los ojos. Una apelación sobrepaira. Un pájaro siniestro. Su encanto me confunde y me aturde. Una herencia del viento. Y las voces de los que no saben; los que no pueden; los que no quieren disonancias. Ese reclamo me con funde. Y más no sé.

Algunos pasos más, el numinoso. Dice una voz: Soy quien soy. Y el cuerpo de las dunas. Y el rostro de las palabras. Páginas movedizas. Busco el árbol de la vida. Tengo mis sefirotes. Piedad y Esplendor. Tengo el sí y el no de mis entrañas. Sé quién no soy.

Comprendo la soledad de los tuaregues. Los que viven más allá del tiempo. Los que saben de la otra orilla. Los que naufragan. Poetas ásperos. Que se pierden en el ocaso. Poetas que tienen a Dios por compañero (su repertorio de nombres es menor que la onomástica de los camellos). Sombras negras. Paisajes vermejos.

Este desierto no pertenece a los monjes de Egipto y de Siria. No lo recorren los bereberes. No saben de la piedad. No saben de la tristeza de los monjes. Otras leyes rigen las arenas occidentales. Todo aquí es más libre, más puro y cruel.

[Trad. Margarito Cuellar]

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Floriano Martins
[4]
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[EL CUERPO ESTÁ CUBIERTO DE VELOS]

Porque hoy como siempre
te amo hasta la fiebre,

contempla conmigo
tu nombre sobre las tormentas

Julia Otxoa

El cuerpo está cubierto de velos
que son cortes profundos en la piel
y son trofeos de un desastre
en el bosque de tus sueños:
el cuerpo foliado con sus recortes de gozo
y estampas laminadas que son garabatos
en la piedra esbozada en tu vientre
y vellos de fuego como árboles que se exhiben
ante un derrame de voces:
el cuerpo donde estabas cuando la noche
entonaba vendavales y un ojo al descubierto
engullía todo el paisaje imaginado:
el cuerpo en ruinas que se estrechan
recomponiendo vértigos que son nombres inscritos
en aves rocosas que se llaman muslos
y un tropel de figuras al correr de páginas de tu cuerpo:
por las noches te llamo mascando nombres
como un dilema febril confundiendo imágenes
como credenciales evocando rasgos
que anuncian la tormenta de la restauración:
el cuerpo rehaciéndose a cada anuncio del fin.


[O CORPO ESTÁ TOMADO DE VÉUS]

Porque hoje como sempre
te amo até a febre,

contempla comigo
teu nome sobre as tormentas.

Julia Otxoa

O corpo está tomado de véus
que são cortes profundos na pele
e são taças de um desastre
no bosque de teus sonhos:
o corpo folheado com seus recortes de gozo
e estamparias laminadas que são rabiscos
na pedra esboçada em teu ventre
e pentelhos de fogo como árvores que se exibem
ante um derrame de vozes:
o corpo onde estavas quando a noite
entoava ventanias e um olho a descoberto
engolia toda a paisagem imaginada:
o corpo em ruínas que se estreitam
a recompor vertigens que são nomes inscritos
em aves rochosas que se chamam coxas
e um tropel de vultos ao passar de páginas de teu corpo:
por noites te chamo mascando nomes
como um dilema febril a confundir imagens
como credenciais a evocar rasgos
que anunciam a tormenta da restauração:
o corpo se refazendo a cada anúncio do fim.


[ACTUAMOS CON PALABRAS]

Actuamos con palabras, y caemos en una trampa
cuando no las apreciamos por encima de todo.
No importa que sea la palabra empeñada
en un juego de cartas o sobre el cuerpo
de una puta. Que esté escrita en versos
o en discursos de asunción, nada la diferencia.
La palabra dada antecede a cualquier acción,
ya lo dijo un caballo por boca de Tolstoi.
Construya o destruya, todo en el hombre se define
por su palabra. Concibe a Dios y se pone
por sobre él, porque así está escrito.
Y escrito está lo que a veces se modifica.
Sin embargo inamovible parece quedar un principio:
la palabra no valdrá nada si no vale el hombre.



[EN LA BAÑERA NOS SACUDE LA RISA]

En la bañera nos sacude la risa y no pensamos en carnes trémulas o restos humanos empujándose unos a otros en el matadero de las calles. No estamos en el mayo del 68 o tal vez nunca hayamos salido de allí. La conspiración es hija de los intereses. Pregoneros como Dennis Arcand o Bernardo Bertolucci, comprenden la acción del puñal en la bañera de maneras distintas. Dennis vacía sus películas de los formidables tontos que todavía creen en la inocencia. Bernardo se siente atravesando un nublado, e impone a sus personajes una visión que al final les resulta prematuro conquistar. Cuando mi amor me mordisqueaba los dedos de los pies, en la bañera, nos acordábamos de Peter Weis, de la alucinación de la realidad representada en un hospicio, locos actores que indagaban “¿qué ciudad es ésta en la cual la carne está desnuda en las calles?” Mientras escuchábamos a Joss Stone y tomábamos un Quinta do Cotto nos observábamos: ¿cuántos soportarán todo antes de vengarse? Mi amor pulsaba mi concha sumergida y no teníamos ningún puñal en nuestras manos. “Largo redoblar de tambores”, decía él. Yo reía y llena de admiración confesaba que el dedo gordo de su pie dentro de mí era lo máximo.



[NOS ACOSTÁBAMOS HACIA LA PELÍCULA]

Nos acostábamos hacia la película y nos colocábamos
más allá de ella. Cuando estaba bien una Emma Thompson
o un Sean Penn, el vino se enriquecía y las manos
acariciaban nuestros pelos bajo el edredón como si
fuésemos nosotros la mejor representación de cada escena.
Ante una mala actuación, las manos no se contenían
y rehacíamos la intriga, fuese contra los cátaros o la
excomunión de algún dualismo no revelado. El amor
no tiene ningún aprecio por la historia. No hay ley divina
que escriba tan bien sus postulados como el chorro
picante del esperma de mi hombre dentro de mí.
Enmienda tus doctrinas unas en las otras de tal forma
que no tengas, a alto costo, que ilustrar mi mundo.
Sólo tu herejía apacigua y me quema las ofrendas.



POR DONDE CAE EL LENGUAJE

Difícil recuperar el muerto
después de ausentarse una noche
del escenario del crimen.

Mejor no dejarlo a solas,
rumiando sus motivos,
quizá hasta ocultando pistas.

Hay muertos que no se quieren
recordados o explicados.
Cuerpos cómplices de la muerte,

poco a poco se acumulan
como un legado de la duda,
que empuja al ser a dejarse.

Y muertos así esconden
detalles preciosos de la vida.
Llegan a hacerse pasar por otros.

A quien los cuida conviene
no quitarles el ojo un momento,
pues se disfrazan de todo.

Ya vi muertos uniéndose
en una sucesión de crímenes,
cuando sólo había uno.

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José Geraldo Neres
[5]
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[LA CUARTA LENGUA DE LA LUNA]

La cuarta lengua de la luna
pasa por el cuerpo
& la primavera
solloza
espectros de pétalos
su semilla
– el manso golpe
del hacha –
rasga el pecho
salen
dos girasoles
con la edad
del silencio
uno con los pies
de niño-huérfana
el otro con las manos
de trigo
la lengua
perfora el pensamiento
congela
los ojos del tiempo
(besos
a devorar
la música
del rocío)
un grito
pesca una estrella
– sella el abismo –


[A QUARTA LÍNGUA DA LUA]

A quarta língua da lua
passa pelo corpo
& a primavera
soluça
espectros de pétalas
sua semente
– o manso golpe
do machado –
rasga o peito
saem
dois girassóis
com a idade
do silêncio
um com os pés
de criança-órfã
o outro com as mãos
de trigo
a língua
perfura o pensamento
congela
os olhos do tempo
(beijos
a devorar
a música
do orvalho)
um grito
pesca uma estrela
– sela o abismo –


[EN LA VIDRIERA]


En la vidriera seis ojos
puñal cocodrilo mariposa
con una cuchara
el segundo se divertía
mezclaba lágrimas con espejos
la tercera
traía la fe para los niños
–pero por una moneda
vendía milagros–
el primero
era el portero del infierno
hacía puertas en el pecho de las
estrellas
pedazos de pieles brillaban
su lengua-perro
penetraba el escorpión-asfalto

tres hombres descienden del alfabeto

Henrique Emílio Lorenzo

en la vidriera
la herida-mundo
besa una gota de nube
& el girasol devora la última virgen

en el tejado los tres hombres
beben un seno ahogado
& el corazón de Lorca




OTROS SILENCIOS

I

el sol
balancea
la red
sin miedo
de despertar
el puño de la serpiente

el viento tiembla
en el agua

– la muerte camina en sus ojos –

bucea &
resucita tempestades
acuerdo en medio
de sus tentáculos
(ellos todavía arrastran estrellas)
siento arder los espejos
dibujo el silencio
con los colores
de sus entrañas

II retirar del cuerpo la sombra
no existe ya el cuerpo
la sombra es grabada
en el tiempo
el cuerpo es laberinto
transformado en dragón
de opio
en el vástago
de la tempestad
en el grito
de los huesos
ahogados
en el pecho
de la noche
sus ojos
leopardos
sumergidos
en la muerte
sombras amontonadas
& en los labios
cobertores de palabras
III en el acuario
dos cuerpos
dibujan un arco-iris
nadan en la saliva
de los ángeles

niños juguetean
amarrados
en los calcañares
de los dioses con traje
ahorcados
en mariposas
de piel humana




LAS GARRAS DE UN RELÁMPAGO

El abrazo
el acero
el barco

reposa en la jaula de un poeta
el llanto de gotas blancas

roza los pies

intenta tocar el papel
separa los segundos
el sonido de la turbulencia
(letras azules)
en los ojos de un niño
rezuma el barullo
abre la urna
pesca un enigma
muerde el instante
& sus flores mudas
aprieta los gritos

cambia la máscara
& reposa
el ala negra en la piedra
en el agua
el naufragio
de los puñales ocultos
el ruido de la aguja
en el calendario
corta la noche
& manipula la muerte
con una cerradura
amarra el sol
en el galope de los pájaros
la ceguera del silencio
cose las almas
las manos del viento
los ojos de las casas
en las curvas de los huesos




LA SANGRE NO TIENE PUERTAS

I

nace de la tierra
ora descifra espectros
o sólo observa el movimiento líquido
de los saltamontes
el tiempo
un caballo nervioso de crines azules
– montado en el viento de ayer –
piensa en la danza de las edades
& sale a pie en los restos de la noche a la busca de un símbolo
antes que la muerte camine por su piel

II

única opción
estar dentro de la carretera
pero su mente indica otras posibilidades
paralizándolo
la parálisis dibuja otras rutas

una
era como un germen
devorando las vísceras del horizonte
otras sólo placas
señalizando
el último retorno
otra una encrucijada
al norte el fuego
al sur brota un hilo de agua
al este el viento
al oeste una niebla

III

del bolsillo izquierdo saca dos dados
los sopla
& los lanza al aire
grita
& las dos piezas quedan suspendidas
flotando junto frente al rostro
uno empieza a rajar
sangrando
el otro
inicia pequeños movimientos
circulares
la secuencia lo hipnotiza
el artefacto gira con mayor intensidad
cada vez más rápido
& de él se vislumbra un demonio de luz

contornea el cuerpo

se para

cerca de los ojos
penetra el globo ocular
derecho
nada acontece

se levanta
& da un paso en dirección al norte

IV

enciende sus dudas
al doblar la esquina
el tiempo
dilata los colores de la ceguera
el esqueleto del silencio cubierto de sangre
en la boca un poco de infierno
el diablo cicerone
clava los dientes donde los peces se borran

el corte se hace hambre
– dentro de mí –
un blues danza
quema las alas de un angel

recoge las cenizas en un ataúd

de allí

nace una sombra
poco a poco
se moldea en un objeto similar a un dado


sin puertas

.
.
.
.
.
.





Mariana Ianelli
[6]
.
.
.




[BAILO CONTRA LAS SEÑALES]

Bailo contra las señales de pecado
Que Dios puso en mí,
En una violencia de extraña belleza.
Si me canso, Él aún me atiza,
Si revivo, Él más me golpea.
Le respondo una última vez
Con la llama de las canciones del Templo.
El semblante de mi deseo aventurero
Siempre espera un visitante que no sé,
Alguien que surge y no se queda,
Que me fascina y no me retiene,
Aquel que dice "ahora y no mañana",
Y habita mi lado de dentro.
Constante, singular, astro del Inconsciente,
Dios no está en el hijo que hizo.

[DANÇO CONTRA OS SINAIS]

Danço contra os sinais de pecado
Que Deus pôs em mim,
Numa violência de estranha beleza.
Se me canso, Ele ainda me atiça,
Se revido, Ele mais me golpeia.
Lhe respondo uma última vez
Com a chama das canções do Templo.
O semblante do meu desejo aventureiro
Sempre espera um visitante que não sei,
Alguém que surge e não fica,
Que me fascina e não me retém,
Aquele que diz "agora e não amanhã" ,
E habita o meu lado de dentro.
Constante, singular, astro do Inconsciente,
Deus não está no filho que fez.


[La música habla por los que se quedan]

La música habla por los que se quedan.
Ninguna distancia es posible
Entre la nítida presencia de un cuerpo
Y su despedida repentina.
Para aquel que viaja en búsqueda del futuro
Yo canto con la impureza del amor
Que me agota y también me extasía,
Que me lleva a producir el tedio
Con mis dedos engrasados de vida.
La violencia del odio primitivo canta conmigo
Y son estas tinieblas que me acompañan
A la dimensión de un tiempo sin destino
En que nada se pierde porque nada existe.


[Ave degollada es tu memoria]

Ave degollada es tu memoria,
Inocencia resentida de abandono,
Gran mentira imperdonada,
Brasa que resiste aún,
Lluvia de cenizas en un mar que no acaba.
Queda la pregunta indeseable y necesaria:
¿Cuántas figuras reales soñaste en tu luto
Sin que la ilusión las transformase en fatuidad?
Horror de algo que pulsa y ya no existe,
Lo que por ti ya pasó, pero siempre retornará,
Carrusel de los ahorcados, profecía de tu desgracia,
Insania en las alturas, y más desgracia.

[RETORNA AL TÁRTARO]

Retorna al Tártaro,
No tengas miedo.
Oirás la pálida sentencia de tu juicio
Y, después, las Furias aprestarán
La marcha de tu declive por detrás de las murallas.
Los débiles que no pudieron vivir
La aceitosa espera del sueño,
La raza de los corrompidos por hambre de venganza,
Los partidarios del odio sin culpa,
La hiena dentro de los más sabios,
Los seres entorpecidos por lo cotidiano de la carne,
Los impostores de la ley, las mentes ociosas,
Los falsos poetas contemporáneos,
Sacerdotes de la palabra inadecuada,
Una nube de espíritus errantes
Poblará los bosques de mirto
Para mostrarte en la forma de un cuerpo desnudo,
Destinado a los recesos del mundo,
La esencia de tus propios actos.
Pide ese instante más que nunca, disécalo.
Tú te sorprenderás envidiando a los ciegos y bobos
A quienes fue ahorrada la visión de la muerte.
Ahora olvida.
Ya se inició tu funeral –
No tengas miedo.


HACER SILENCIO

Sea el aire de la montaña
Para el sueño de los corderos.

Nieve recién caída,
Purísimo grano de azúcar,
Duna bajo la luna llena.

Tal cual el fruto de la tierra
Que se da a comer el sexto día.

Yacida inexplorada,
Casa sin mobiliario,
Vacío del no-dicho,
Éxtasis nunca interrumpido.

Tal como el ojo ciego
Que percibe el invisible,
Gema de opalina.

Sea el restante, el indiviso.

Magma transmutado en ceniza,
Fósil en la noche de la cripta,
El vaivén milenario del agua viva,
Líquido momento de sentir
Y estar solo.

Hacer silencio.

.
.

.

.

.









Sérgio Cohn (1)
.
.

PATHOS

El soplo de veneno en el oído. El chorro
imposible asaltando los ojos. Luces
intermitentes. Tantas luces
en el azul manto oscuro. Un paso,
entonces silencio. Un árbol
sobresale en el mercurio. El verde
de tantos matices, la cadencia
de los tonos. Rico universo de un solo color
y tantas dimensiones presentidas.
Un árbol. Pudiera llamarle
Palo-hierro, Caesalpinia ferrea,
pero es uno apenas un árbol
a la orilla del camino.
Catedral al revés, sacraliza lo alrededor.
Las formas tatuadas en su tronco,
rostros tan extraños. Una hoja cae.
Es posible percibir nuestro semblante
en sus nervaduras, la reciprocidad
del espanto. O sentarse
a observar los cristales de rocío,
mónadas en el vientre del tiempo.
Un árbol, convite.
En él ver el mundo,
misiva de lo imponderable.

[Trad. Carlos Osorio]
.
.
PATHOS
.
O sopro de veneno no ouvido. O jorro
impossível assaltando os olhos. Luzes
intermitentes. Tantas luzes
no azul manto escuro. Um passo,
então silêncio. Uma árvore
se sobressai no mercúrio. O verde
de tantos matizes, a cadência
dos tons. Rico universo de uma só cor
e tantas dimensões pressentidas.
Uma árvore. Poderia chamar-lhe
Pau-ferro, Caesalpinia ferrea,
mas é uma apenas uma árvore
à beira do caminho.
Catedral ao avesso, sacraliza o ao redor.
As formas tatuadas no seu tronco,
rostos tão estranhos. Uma folha cai.
É possível perceber nosso semblante
em suas nervuras, a reciprocidade
do espanto. Ou sentar-se
a observar os cristais de orvalho,
mônadas no ventre do tempo.
Uma árvore, convite.
Nela ver o mundo,
missiva do imponderável.
.
.
.
HORIZONTE DE EVENTOS
.
“saudade pertenece al
antiguo léxico”
Era un ser sin saudade.
Lo que significa el máximo exilio,
Destierro.
No tenía saudade porque vivía
En un mundo de instantáneos
Simulacros.
La presencia constante
De todo lo que deseara.
Saudade, ya en sí,
Es un simulacro.
Pero un simulacro
Al revés.
Ausencia ocupando espacio.
Saudade es cuando la cosa
Pertenece al espacio
Y no al tiempo del encuentro.
Es cuando permanece igualmente partida.
Ocupa espacio con su ausencia.
No sé si era un ser feliz.
No tenía noción de la muerte,
La nostalgia de un tiempo que no vivimos.
Era un ser sin cuestiones.
El hecho es que se fue tornando piedra
Una inmensa roca clavada a la orilla del mar.
El rostro volteado para arriba
Eternamente
Deleitándose con la mutación de las nubes.
[Trad. Carlos Osorio]
.
.

DESCURSO
.
.
el mundo que se abre frente a mí es un campo magnético, mínimas cuerdas haciéndonos música, la suma armonía a partir de la disonancia. Interacción perpetua, oposición, movimiento. soy un cuerpo, a veces círculo, a veces pirámide. soy la suma de los ángulos del vuelo de una saeta que no espera alcanzar su blanco, pero aun así se dispara. soy gesto, me muevo, ocupo espacio. un sistema tan complejo que subvierte sus propias leyes. un vírus listo para olvidarse del punto mágico en que me encuentro veo un mundo de cambios. todo lo que toco se proyecta, me acrecienta y niega. donde comienzo y acabo, los compañeros: amargura en la tempestad, ácido sol de desierto. Observando gavilanes en el musgo de las paredes. Leyendo la furia de las dunas en iglesias sumergidas. En el tiempo que nos inventamos.
He aquí mi tiempo. No de negación y margen, pero sí de encuentros. el arte del encuentro. el hurto. el hurto de lo ajeno. el grano de sal que todo canto pide para no auto consumirse. la bella infidelidad.
soy visitado por un puñado de tierra que robo del suelo. mezcla conmovedoramente de los tres reinos. animal, vegetal, mineral. tres formas de vida con sus diferentes ritmos. todo se expande como un grito. en la pared diseñada por el tiempo, en la humedad creando caras en relieve, algunas gritando, algunas serenas, veo un oráculo olvidado por lo cotidiano. en el cuerpo un memento mori. sus labios, tulipanes que nunca cicatrizan. mar al que entramos lentamente. primavera amarilla.
el cuerpo es un claustro por romperse. para que podamos poseerlo enteramente. estoy diferente a las cosas y triste. me cierro y siento frío. nubes sonríen y la arqueología del aire todavía está por ser hecha. me interesa todo lo que se perdió.
si me muevo, soy otro. un halo violeta me llama del arbusto en frente. de cerca, blancura en flor. violenta vestal en su belleza.

[Trad. Carlos Osorio]
.
.

MNEMO
.
Hay un residuo de futuro
en el viento, fotograma anti–
cipado, montaje de fragmentos
induciendo a la escena. Como
aquel árbol curvándose compla–
cente a los invisibles pesos,
como el mormaço
prediciendo lluvia. Repito,
hay un canto anterior
a cualquier canto, una ristra,
un eco primero, como un sonido
que resuena por dentro de cada
palabra, como todo gesto se
diseña y borra, entonces
nuevamente. Hay el revés,
el diáfano, el término, belleza
posta y perdida, el desen–
cadenamiento, así
como la sede del vapor
por una forma, así
como todo retorna
a la imaginación
por detrás de la cortina
de la memoria.
[Trad. Floriano Martins]


DESTIERRO
.
.
1
Sólo me interesa lo que presupone la pérdida, el terror del efímero. Por eso hay un coágulo de nostalgia en ese desfile presente. Basureros diseñan los primeros movimientos de la mañana, intentan esconder quién realmente somos. Pero pocos saben, cuando te niego, lo cuánto te soporto. Hay un tono alucinatorio en la crueldad, banquete de oro e indolencias. Un tono de infancia en la alucinación. Y aún la posibilidad de una última cerveza, o de nuestro veneno fermentado en viñas inmemoriales, los rumores nuevos.
2
Como mirar el horizonte de muro encalado. Son trampas los rumores de la ciudad, coches fantaseando un mar a la distancia. Pero un día mendigos si auto-ironizan, una prostituta callejera puede recitar Vinicius contra el sonido monocórdico de los pardas (este cielo gris que poco prenuncia nuestro amanecer tropical). Y podemos nuevamente fingir que todo esto vale la pena. Es antropofágico el éxtasis. Los batuques lineales, sin quiebra, corroen a nosotros por dentro. Y la sucesión de seducciones nos impele e impide.
3 Yo te llamaría se pudiera. Pero ese caos no pide complicidad o veneno. No hay el porqué de ordenarlo o entenderlo. Él sólo nos oferta y estrecha, nos guía. Tal vez, él nos dice, sea más fácil anestesiar los signos, seguir por los sobresaltos de paisajes dispares con la misma suavidad que nos ausentamos. Tal vez, sólo, si soltáramos una sentencia más tajante, posarmos indolentemente los ojos en alguna certeza, él nos sonría y se vuelva más sereno.
[Trad. Floriano Martins]

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[1] São Paulo, 1975. Obra poética: História natural (2000), Assinatura do sol (2005), Pedra de luz (2005).
[2] Pernambuco, 1950. Obra poética: Almenara (1979), Peito aberto (1983), Quasar (1987), A dama de Alicante (1990), Livro do desencanto (1991), Ainadamar (1996), Ilaiana (1997), Zinganares (1998), Imilce (1999), Amaya (2001), A quarta forma do delírio (2002), Refletores (2002), Bastidores (2002), Desespero blue (2003), Estocolmo (2004), Mar camoniano (2005), Saudade de Inês de Castro (2005). Los poemas fueron traducidos por Benjamin Valdivia.
[3] Rio de Janeiro, 1963. Obra poética: Bizâncio (1998), Alma Vênus (2000), Poesie (2000), Os olhos do deserto (2000).
[4] Ceará, 1957. Obra poética: Cinzas do sol (1991), Sábias areias (1991), Tumultúmulos (1994), Ashes of the sun (1994), Alma em chamas (1998), Cenizas del sol (2001), Extravio de noites (2001), Estudos de pele (2004). Los poemas fueron traducidos por Marta Spagnuolo.
[5] São Paulo, 1966. Inédito en libro, es uno de los creadores del proyecto Palavreiros – Portal brasileño de literatura (http://www.palavreiros.org/). Los poemas fueron traducidos por Antonio Alfeca.
[6] São Paulo, 1979. Obra poética: Trajetória de antes (1999), Duas Chagas (2001), Passagens (2003), Fazer Silêncio (2005). Los poemas fueron traducidos por Antonio Alfeca.

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