sábado, 5 de enero de 2008

REVISTA "PALABRAS ESCRITAS" N 1






Revista






"PALABRAS ESCRITAS"






Nº 1












PALABRAS ESCRITAS



Un diálogo entre Brasil e Hispanoamérica





















Revista de Cultura para una Región









(Dedicado a Don Augusto Roa Bastos: cumpliendo su sueño)












Comité Editorial






Alejandro Bovino



Amanda Pedrozo



Luis Hernáez



Pilar Romano



Norma Segades



Angélica Petit






Editora responsable: Vidalia Sánchez (Servilibro, Asunción, Paraguay)


















Nota: en esta primera entrega se publica la primera parte del Nº 1 de "Palabras Escritas", por razones de espacio. La revista tiene 200 páginas, en esta entrega se publica en blog desde el Prefacio a la página 27.

A. Maciel




















Prefacio




















Los nueve años que compartí con don Augusto Roa Bastos comprendí en forma cabal la importancia de la integración de los pueblos a través de la cultura. Nuestro Mercosur nació entre pañales de marketing y publicidad multimedia, pero fuera de los discursos de barricada de políticos de turno que a su turno pasan sin dejar rastros, la agenda cultural ha sido un pobre fantasma hasta hoy. Y mientras los discursos políticos son pasto del viento, los pasos de la cultura quedan grabados en la piedra.






La prédica de don Augusto jamás cesó de clamar en este desierto de ideas: la integración debe incluir la cultura como fundamento, y dentro de la cultura las letras tienen el privilegio de remansar el pensamiento que es la expresión más acabada de la identidad de los individuos y los pueblos.Palabras, gracias a Vidalia Sánchez sale ahora con autores argentinos, brasileros, uruguayos y paraguayos.






Estamos pensando en la Región y con ojos nostálgicos, dejamos atrás los provincialismos que nos mantuvieron aislados en clanes, topografías, grupos y capellanías siempre propensasal encierro y al autismo de unos pocos cofrades que se leen a sí mismos.






Para iniciar un auténtico proceso de comunicación es necesario el diálogo fluido, los encuentros, el conocimiento de obras y autores desde todos los puntos que conforman el círculo de la comunidad comunicante.






Este prefijo comunnis reúne y aglutina en una misma transferencia de ideas al conjunto social. Si (por ejemplo) los escritores paraguayos conociésemos más autores brasileros podríamos promover la lectura de sus textos hoy casi apócrifos, es decir, escondidos a las miradas de la gente.






Paralelamente, nuestros vecinos uruguayos y argentinos desconocen nuestra existencia; no serán más faustos después de leernos pero sí seguramente más ricos en su visión y eso evita los encasillamientos y prejuicios que cierran la mirada al otro con simplificaciones.






Vivimos un mundo complejo donde los medios masivos invaden casi cualquier campo hasta volverlo confuso e incomprensible si los actores culturales no hallamos los códigos para dialogar y filtrar la avalancha de cifras, datos, informes, panoramas, intereses, políticas y vaticinios econométricos que abruman.La lectura se ha convertido en ese refugio contra las interferencias. Si esa lectura sirve para comunicarnos y conocernos ha doblado su propósito original. "Palabras" es un puente más para propiciar ese diálogo en la Región.






¿Qué será esta cosa tan compleja comprendida como "Región"?






Creo que en ese concepto está la clave para desentrañar un proyecto como éste. Y en este sentido, entender que ya no somos provincianos ni aldeanos significa romper moldes rígidos que por siglos ataron a los autores a los mapas políticos como si fuese parte de un destino ineludible.






Diversos criterios utilizaron los estudiosos para sitiar geográficamente a un autor; unos dicen que es un escritor argentino "quien nació en la Argentina" pero sabemos que el lugar de nacimiento es casual y siguiendo esa receta, un paradigma de la literatura brasileña, Clarice Lispector debería consignarse entre las escritoras ucranianas. Alfonsina Storni sería suiza y Josefina Plá, española.






Otro localizador es el sitio donde escribió sus obras. También este criterio puede ser reducido al absurdo si pensamos por ejemplo que Conrad escribió casi toda su obra en el mar, durante los viajes. Ni hablar de Rubén Darío, Neruda, Alberti poetas que por nomadía o exilios escribieron en diversos puntos del planeta.






El mismo Roa Bastos escribió muy poco en Paraguay, es cosa sabida que su producción más importante la escribió en la Argentina y Francia.






Otro canon sugiere que el tema o el enfoque dan carta de ciudadanía literaria a un autor o autora. Dante sería, siguiéndolo, un autor "del otro mundo" ya que, aunque llenó el "Infierno" de italianos, (especialmente de toscanos) no cantó a las llanuras ni al Arno sino al paisaje del más allá al que nos lo trajo más acá por obra y gracia de su escritura prodigiosa.






Flaubert podría ser oriental si nos atuviésemos a "Salambó" y "Las tentaciones de San Antonio". ¿Bram Stoker es, entonces, un escritor rumano? ¿Y qué decir de los autores de ciencia ficción? ¿Son marcianos o lunares? Cito ejemplos al azar. Podrían multiplicarse ad infinitum.






Por último, está la norma que define a un escritor por la lengua en la que escribe, pero en Sudamérica, salvo Brasil, todos seríamos autores españoles.[1]






Contradiciendo el principio de Occam de "no multiplicar innecesariamente los entes" ¿no podríamos fijar otro principio? ¿Por qué no empezar a pensar en autores de regiones? Libres de las barreras idiomáticas y las fronteras geopolíticas (dibujos cartográficos de militares retirados del siglo XIX en sus momentos de ocio, a los que demasiadas veces tomamos demasiado en serio) creo en lo que me enseñó Augusto Roa Bastos. Creo que una región que comparte los mismos problemas y el mismo futuro es la carta de ciudadanía más legítima para un humanista. Y empecé predicando con mi vago status ciudadano: soy un argentino, viviendo en Paraguay, escribiendo sobre Brasil.






Quiero agradecer al escritor Adolfo Montejo la autorización para publicar el primer capítulo de su obra Correspondencia Celeste, nueva poesía brasileña (1960-2000) Ediciones Àrdora, Madrid,2001 obra pionera en este proceso de comunicación que intentamos entre todos.













alejandro maciel, asunción, noviembre 2005.













[1] He aprendido que en España se enfadan cuando decimos "castellano" y hasta el D.R.A. dice en el lomo "lengua española".




























Brasil, la tierra incógnita de la Modernidad [1]









Augusto Roa Bastos













Es muy grato dirigirme a ustedes para tratar un tema que me preocupa: la integración y el crecimiento a través de los valores humanos fundamentales que propicia la cultura y el entendimiento entre los pueblos.

Estuvimos revisando, con Alejandro Maciel, con quien trabajamos en una biblioteca de autores, la nómina de escritores del Brasil y comprobamos con cierta decepción que no tenemos traducciones de sus obras en español. O las que existían están agotadas. Y esas obras, queridos amigos, son el puente que necesitan los pueblos para transitar el espíritu comunitario y adentrarse de verdad, más allá del mercadeo y las postales de turismo, en el alma colectiva. Brasil ha sido históricamente la "tierra incógnita" de Sudamérica.

Como aquellos países míticos del "Preste Juan" en Oriente que buscaban afanosamente las expediciones del príncipedon Enrique el Navegante, los hispanoamericanos observamos como entre brumas un país~continente gigantesco que se extiende majestuoso por llanuras, cerros, morros, desertones, mar,selvas y humedales.

Este país que lo tiene todo está creciendo a un ritmo vertiginoso con pasos de gigante que retumban desde los llanos venezolanos a las pampas argentinas, invitando al resto de esta desventurada Latinoamérica a participar del ritmo del mundo.

El Gobierno del Brasil ha sido el primero en poner la cultura en la lista de prioridades, y eso revela el grado de madurez de un Estado que ha comprendido que en los nuevos tiempos manda el conocimiento, la preparación, el diálogo entre las culturas y que los beneficios de la economía vendrán como consecuencia, nunca como causa de la integración.

Este verdadero universo cultural del país/continente Brasil sigue siendo desconocido para la mayoría de los hispanohablantes porque las traducciones en español de los escritores brasileros son escasas.

Tal vez de estos puentes culturales que se tienden desde los claustros de las universidades que han sido históricamente las guías de la civilización nazcan ediciones de bolsillo de autores de Brasil que estén en todos los quioscos de Latinoamérica, desde las Antillas al Polo Sur; en las grandes ciudades y en los pueblos más alejados.

Todos tenemos derecho a la lectura.

¿Qué conocemos seriamente de Brasil?Cuando los países hispanoamericanos no eran más que un rebaño de colonias dependientes de un poder central agonizante, Brasil ya se erigía como la primera metrópoli de Sudamérica bajo el reinado de Juan VI. Las instituciones del poder emanaban de Río de Janeiro, verdadero volcán de proyectos, investigaciones, visiones políticas, e ideas que llevaron a la creación del Imperio de Pedro I.

Todo este proceso habrá generado en Brasil esa fuerte corriente de identidad y fe en sí mismo que tiene vuestro pueblo y se manifiesta en todos los ámbitos, y hoy lo ha puesto en una posición privilegiada entre los países del mundo. Hoy Brasil es una potencia y negarlo sería ceguera. Brasil más que un país es un continente en sí mismo. Un continente que el resto de los hispanoamericanos desconocemos en la real dimensión de su potencia.

Brasil ha dado pensadores, técnicos en casi todos los campos, científicos, excelentes plásticos y un movimiento como la Bienal de San Pablo que se ha convertido en la convocatoria de mayor relieve en las bellas artes para toda América. Obtener un reconocimiento en la Bienal es convertirse en un artista consagrado con la garantía de calidad que exigen los grandes centros de Europa.

En la literatura del Brasil hay un tesoro que todavía no hemos descubierto los latinoamericanos, salvo excepciones. De una mítica Semana del Arte Moderno nació, en la primera mitad del siglo pasado, el experimentalismo. Su programa se disponía a excavar la tierra de las tradiciones buscando la raíz de la cultura brasileña con todo el universo de elementos que asimiló a lo largo de cinco siglos. No sé si otro pueblo de Latinoamérica se propuso una empresa similar. Sé que los pioneros de este procedimiento original en el Brasil fueron Josué de Castro, Lins do Rego, Jorge Lima, médico y escritor cuyos "Poemas negros", y "Anunciación" desconocemos como tampoco tenemos traducción al español de su novela "La mujer oscura", o si existe ya está agotada o perdida.

La poesía brasileña conjuró el Modernismo de Darío que se extendía como el fuego en la reseca llanura del romanticismo desgastado; sabemos que la poesía de Ferreira de Loanda, Eugenio da Silva, Paulo Mendes, Hélio Pelegrino y Ledo Ivo marcaron otros cauces tal vez tan fecundos como el del Modernismo de Darío. Pero no tenemos traducciones en español de esas obras, sólo nos llegan sus nombres en dudosos diccionarios literarios más atentos a la enumeración y las efemérides que a la profundización de los textos. Afortunadamente Ángel Crespo tradujo la monumental novela de Joao Guimaraes Rosa "Sertones: veredas" con la prosa magnífica tan árida como el sertón en sus diálogos y tan exuberante como la Amazonía en sus descripciones; país de contrastes, el Brasil nos ofrece en "Sertones: veredas" la visión prometeica de una tierra desafiando sin sosiego los límites de esa pobre criatura humana arrojada en su seno sin saber para qué, hasta cuándo y por qué.

"Sertones: veredas" es también el símbolo universal del conflicto entre el bien y el mal en un ámbito devastado y sediento, donde el poder lo es todo porque es nada.

Pero no conocemos otros textos fundamentales.

Se nos pierde la obra de Érico Verísimo, Américo Almeida; conocemos poco el concretismo de Haroldo de Campo, Augusto de Campo y Décio Pignatari. Se nos escapan las voces de Ferreira Gullar, Cabral Melo Neto, Josely Viana, Arnaldo Antunes, Clarice Lispector, Ubaldo Ribeiro, Ana María Machado, Eric Nepomuceno, Manoel de Barros. Voces que nos esperan para ese magnífico diálogo que proponen las culturas cuando hay buena fe entre los pueblos. Y esa fe se construye. Tal vez este Congreso sirva para iniciar esta mutua mirada, la circulación de obras de autores de Hispanoamérica y Brasil en los quioscos de todas las megápolis y los pequeños pueblos repartidos por esta tierra prodigiosa y al mismo tiempo signada por fatalidades que únicamente la inteligencia de los hombres podrá exorcizar en un futuro que ya nos está interpelando.

Muchas gracias.

Augusto Roa Bastos

Asunción, octubre 2004.





[1] Discurso enviado para la apertura del Congreso de Literatura organizado por la Universidad de Florianópolis, Brasil.



























Revista de Cultura para una Región





* * * *







1.-





e x e r c í c i o e s p i r i t u a l







Josely Vianna Baptista.







Aquí pocas letras bastan,pues todo es como papel en blanco.

Manuel da Nóbrega. Carta 8 (1549)













r i s c o

n o p o r t u l a n o

d a a r e i a

o r o t e i r o d o e r r o r (d o l a t i m e r r o r e):

v i a g e m s e m r u m o

e s e m f i m ,

c o m o a d o s a s c e t a s

e d o s a p a i x o n a d o s ,

f a d a d o s a o ê x t a s e

e a o n a u f r á g i o





















e j e r c i c i o e s p i r i t u a l









Aqui pocas letras bastan,

pues todo es como papel en blanco.

Manuel da Nóbrega. Carta 8 (1549)















s u r c o

e n e l p o r t u l a n o

d e l a a r e n a

e l d e r r o t e r o d e l e r r o r

(d e l l a t í n e r r o r e ):

v i a j e s i n r u m b o

y s i n f i n ,

c o m o e l d e l o s a s c e t a s

y l o s a p a s i o n a d o s ,

p r e d e s t i n a d o s a l é x t a s i s

y a l n a u f r a g i o







Trad. Reynaldo Jiménez



*******





2.-









o n d e o c é u e n c o n t r a a t e r r a



o b r e u d e v o r e 'à n o i t e

o p r ó p r i o r a s t o ;

n o s o l o o c r e , d e r o j o ,

o e s c u r o e s c u r e ç a ,

n o i t e t ã o n o i t e

q u e s e d o b r e e m d i a



o s c h a r c o s z o e m

o u t r a v e z i n s e t o s ;

v i r e m o s r e g o s d e l o d o

e m q u e c h a f u r d o

(c o m o s o l)

p ó p ú r p u r o ,

o u l o n g o s r o l o s

q u e o v e n t o e l e v a

e e n o v e l a



a p r u m o o s o l o f u s q u e

a s i m e s m o ,

e a t a r d e e n t a r d e ç a

n u m c r e p ú s c u l o



b o j o de s o m b r a s ,

l u s c o - f u s c o d e n é v o a s

( f r u t o s a p o d r e c e n d o n a g a m e l a )







***





d o n d e e l c i e l o e n c u e n t r a a l a t i e r ra







l a b r e a d e v o r e a l a n o c h e

e l p r o p i o r a s t r o ;

e n e l s u e l o o c r e , d e b r u c e s ,

l o o s c u r o o s c u r e z c a ,

n o c h e t a n n o c h e

q u e s e d o b l e e n d í a





l o s c h a r c o s s u e n e n

o t r a v e z i n s e c t o s ;

v i r e n l o s r e g u e r o s

d e l o d o

e n q u e c h a p o t e ó

(c o n e l s o l)

p o l v o p ú r p u r a ,

o l a r g o s r o l l o s

q u e e l v i e n t o

e l e v a y d e v a n a



a p l o m o e l s o l o f u s q u e

a s í m i s m o ,

y l a t a r d e e n t a r d e z c a

e n u n c r e p ú s c u l o



n ú c l e o d e s o m b r a s ,

n i e b l a s e n t r e d o s l u c e s

f r u t o s b r u n o s p u d r i é n d o s e e n e l c u e n c o







Trad. Reynaldo Jiménez y Josely Vianna Baptista













Brasil, un continente poético
Del libro "Correspondencia Celeste”
de Adolfo Montejo
Comienza el siglo XX: las poéticas fundacionales
La poesía brasileña nace en la práctica con el fenómeno del Modernismo.
Los signos anteriores de la poesía postcolonial, sobre todo los de la poesía romántica como expresión pionera independiente, más que los del parnasianismo y el simbolismo, anuncian la constitución de una poesía nacional, pero más por sus intereses espirituales que por sus recursos formales y estilísticos.
La piedra de toque de la poesía y de la cultura brasileñas está representada por la Semana de Arte. El término Modernismo, también utilizado en Cataluña, obedece a épocas y actitudes literarias distintas en los ámbitos hispanoamericanos y lusobrasileños. El Modernismo brasileño se inaugura como corriente de vanguardia en los años 20, cuando precisamente el Modernismo del ámbito hispánico, más cerca de delicadezas lingüísticas que de revoluciones radicales, decae después del período de auge de 1896-1905 y más de dos décadas como movimiento.
A otro orden literario del Modernismo pertenece la ficción que se establece entre 1928 y 1939, con José Lins do Rego, Graciliano Ramos, Jorge Amado y Erico Veríssimo, entre otros, y que aboga por una literatura armonizada con la realidad físico-espiritual de Brasil, sobre todo después del Manifiesto Regionalista de 1926.
Ángel Crespo llama la atención sobre la existencia de esta insólita escuela parnasiana fuera de Francia. De cualquier forma, no existió una ortodoxia parnasiana en Brasil, una "impasibilidad" como la francesa. Siempre fue más impuro y con lazos románticos.
No obstante, la recuperación de la sensibilidad romántica viene dada por el simbolismo, un "decadentismo" que abriría las puertas para la ruptura modernista (Antología de la poesía brasileña, 1973).
Afranio Coutinho, por su parte, apunta que "sin haber tenido la nitidez de contornos de la época modernista española, la fase simbolista-impresionista decadente brasileña, de 1890 a 1910, reveló los mismos valores estéticos: intimismo, misticismo, esteticismo, individualismo, gusto por el misterio y la interiorización" (La moderna literatura brasileña, Ed. Macondo, Buenos Aires, 1980) .
La "Semana" fue realizada en el Teatro Municipal de Sao Paulo, del 13 al 17 de febrero de 1922, durante la cual los nuevos poetas llevan la voz cantante. Una Semana Cultural Múltiple que es una celebración del centenario de la independencia de Brasil y a la vez proclama de una carencia: "nuestra independencia aún no fue proclamada", como confiesa el Manifiesto Antropofágico de 1928.
No sólo se ajustan los tiempos históricos y se emparejan las vanguardias del Viejo y del Nuevo Mundo, sino que se establecen los cimientos para una identidad nacional en la literatura, en un movimiento de manifiestos y obra poética, de intervención y fundación, de ruptura e integración.Tanto la elocuencia parnasiana como la vaguedad simbolista de la vieja república brasileña son puestas en entredicho a través de recursos nuevos como el metro libre, la polifonía verbal, el rechazo de la rima obligatoria y el olvido de temas grandilocuentes o vaporosos.
El Modernismo, sin embargo, no va a ser un movimiento tan coherente ni homogéneo. Las diversas facciones establecen divergencias significativas en los manifiestos cruzados: Pau-Brasil/Anti Pau-Brasil, Antropofágico/Verdeamarelo, así como en los antagonismos personalizados: Mário de Andrade/Graça Aranha.
No se puede decir, por tanto, que haya una escuela literaria, debido a esa variedad de posiciones, pero sí un movimiento de cambio, una actitud frente al academicismo. A través de otra mirada.
Buena prueba dan estos fragmentos de los manifiestos Pau-Brasil y Nhegangaçu verdeamarelo, respectivamente: "No hay lucha en la tierra de vocaciones académicas. Hay sólo uniformes. Los futuristas y los otros. Una única lucha -la lucha por el camino-. Dividamos: poesía de importación y la poesía Pau-Brasil, de exportación" frente a: "Aceptamos todas las instituciones conservadoras, pues es dentro de ellas verdaderamente que haremos la inevitable renovación del Brasil, como lo hizo, a través de cuatro siglos, el alma de nuestro pueblo, a través de todas las expresiones históricas".
La propia historia de Brasil es redescubierta en la poesía Pau-Brasil de Oswald de Andrade. El poder imantador de la "selva", de lo nativo, se catapulta hasta el presente de aquellos primeros días metropolitanos, se metamorfosea hasta llegar a la necesidad de la antropofagia (un "canibalismo literario" según Benedito Nunes), una digestión cultural sincrética que desea "descolonizarse) de sus raíces europeas.
La renovación poética que se produce es una ampliación de elementos tanto estéticos como estructurales: aparte del verso libre y la abolición de la rima, o un uso interno o distinto de ella, se produce a su vez una abolición del estereotipo poético/no poético y una aproximación al lenguaje coloquial de Brasil, olvidando el vocabulario y la sintaxis clásica portuguesa. "No somos la cámara mortuoria de Portugal", llegará a decir en su discurso de apertura en la Semana, el escritor Graça Aranha, un académico que se apartará de la Academia.
La parodia, la ironía y la antimetáfora serán recursos de la poética oswaldiana que servirán para "acertar el reloj imperio de la literatura nacional", o aquellos adjetivos pomposos característicos de la redundancia del escritor Henrique Maximiliano Coelho Neto (1864-1934), dueño de una prosa tan prolífica como exageradamente afectada.
En las antípodas, el poema-minuto, una suerte de píldora poética de Oswald de Andrade, casi siempre de carácter humorístico, solía ser certera pieza simbólica de desmitificación: "Cuando el portugués llegó / debajo de una fuerte lluvia / vistió al indio. / ¡Qué pena! Si fuese una mañana de sol / el indio desvestiría / al portugués".
"Manifiesto antropofágico", Oswald de Andrade, en Vanguarda européia e modernismo brasileiro, Gilberto Mendonça Teles, Ed. Vozes, Petrópolis, 1972.
Se puede decir que el movimiento del Modernismo del 22 se desdobla en dos direcciones, "se articula en cuanto poética explícita que actualiza la concepción de lirismo de fuera, y en cuanto poética implícita que articula la concepción de lirismo de dentro. La primera comprende los manifiestos y la segunda la producción poemática". En ambos campos se produce una ruptura y una integración de influencias, así como una búsqueda de elementos autóctonos y antropológicos.
El nombre de "futuristas brasileños", que les fue aplicado a los modernistas de forma despectiva por crítica y público, recuerda la similitud de apodo con el modernismo portugués, siendo sin embargo tan lejanos entre sí, en parte por la necesidad dispar de ambos: el portugués es más internacionalista, quiere establecer una modernidad europea, y el brasileño quiere desvincularse de la cultura portuguesa como lastre del pasado e inaugurar una modernidad nacionalista que sólo después de 1924 se hará más universalista.
El crítico Mário de Silva Brito, en su importante Hístória do modernismo brasileiro sintetiza muy bien este desencuentro: "El 'futurismo' portugués y el brasileño no se encuentran en aquellos primeros tiempos. Como trabajadores que excavasen el mismo túnel subterráneo, partiendo de puntos extremos, llegaron, en un determinado momento, a la misma pared divisoria y no se pudieron comunicar".
El Modernismo no sólo quiso inaugurar un nuevo lenguaje para una nueva realidad del siglo xx, sino también estar en dos tiempos. Deseaba inaugurar una nueva tradición, una "brasilidad" en sus temas y Anazildo Vasconcelos da Silva, en Lírica modernista e percurso literário brasileiro, Ed. Rio, Río, 1978 rescata expresiones que enraizara en elementos ancestrales de identidad.
En este período, Oswald de Andrade y Mário de Andrade, sin parentesco familiar ni parecido intelectual, son los principales aglutinadores del movimiento. El poeta y ensayista Haroldo de Campos ha llamado la atención hacia una característica de la modernidad del texto de Oswald de Andrade, como es la adelantada quiebra de géneros literarios que se opera en su escritura (novelas, poesía, manifiestos, teatro).
A su vez, desde otra posición, la poesía de Mário de Andrade conseguía lo que el historiador Alceu Amoroso Lima refrendaba: refundir "los viejos ritmos de la poesía romántica y popular brasileña, en sonoridades polifónicas extremadamente modernas y hasta chocantes para oídos poco acostumbrados a las disonancias de la poesía y la música modernas". A ambos mentores del Modernismo se deben unir los nombres de Menotti-del-Picchia y Raul Bopp, por su redescubrimiento de una poética "indigenista", así como los de Cassiano Ricardo, Ribeiro Couto, Guilherme de Almeida, Augusto Meyer y Luiz Aranha, y, sobre todo, la figura emblemática de Manuel Bandeira, poeta al que se llamó el "San Juan Bautista del Modernismo".
Después del discurso nacionalista que domina el Manifiesto Antropofágico de 1928, los propios autores modernistas inician un periodo de reflexión que se traduce en una mayor voluntad constructiva, característica ésta de la generación "del 30".
Tomado a su vez de La poesía brasileña en /a actualidad, de Gilberto Mendonça Teles, Ed. Letras. Montevideo, 1969.
A otro período distinto cabe pues adjudicar este segundo modernismo que podría llamarse clásico11, en la medida en que representa una fase más elaborada de las conquistas estéticas anteriores, en las voces poéticas de Joaquim Cardoso, Carlos Drummond de Andrade, Murilo Mendes, Jorge de Lima, Vinicius de Morais, Mário Quintana, Cecília Meireles, Henriqueta Lisboa y Augusto Federico Schmidt.
Algunos críticos no separan esta generación "del 30" de la "del 22", al formar ambas parte del mismo proyecto poético, aunque una como inauguración y otra como estilización; una llevando a cabo la revolución literaria y la otra desarrollándola, haciéndola más estética. Acompañando a AIfredo Bosi, se puede decir que el experimentalismo "del 22" fue in abstracto y el "del 30", contextualizador.
La dimensión de esta segunda generación de modernistas alcanza tal grado poético, por calidad y cantidad, que comúnmente se considera la médula lírica del país. Las vertientes nuevas que se abren, una espiritualista que ocupa a Murilo Mendes, otra más religiosa con Vinicius -quien tendrá una evolución de 180 grados desde el verso claudeliano hasta la canción de la bossa nova- y otra órfica con Jorge de Lima y su epopeya Invençao de Orfeu, y las obras de la mayoría de los poetas adscritos a ellas pluralizan tanto sus intereses (de lenguaje y forma, así como individuales, sociales e históricos) y valores (tan preocupados por el Brasil real como por la vida contemporánea) que representan el clasicismo moderno de Brasil.
Según el crítico y ensayista José Guilherme Merquíor la verdadera "clasización de lo moderno" en algunos poetas de la década de 1930, como Drummond y Jorge de Lima (léase Claro Engima e Invemçao de Orfeu), "fue dada por la evolución del lenguaje mezclado hacía el lenguaje puro", en una inversión del estilo modernista primero. Década de 1950: clasicismo y vanguardiasEl medio siglo es un verdadero punto de encuentro entre poéticas contrapuestas y antagónicas. Un lugar de choque y agitación. Por un lado, la considerada Generación del 45 (formada prioritariemtne por Geir Campos, Domingos Carvalho da Silva, Bueno de Rivera, Darci Damasceno, Alphonsus Guimaraens Filho, Paulo Mendes Campos, Ledo Ivo y Joao Cabral de Melo Neto, entre otros) está llamada a recuperar el curso de las aguas después de las exageraciones modernistas primeras, dispuesta a inaugurar un mainstream poético que se alimenta de las formas y temas clásicos (soneto, oda y elegía), conociendo bien el pathos de la poesía moderna, sobre todo la francesa e inglesa y algunos autores españoles (léase sobre todo García Lorca y Jorge Guillén). Si se la puede considerar como una contrarreforma de la poesía brasileña es por su devota preocupación restauradora, que en el fondo sirve para reafirmar la poesía como ejercicio literario específico, la noción de forma exclusivamente derivada del arte de la palabra. El presente no está contra el pasado, aunque sí contra el pasado del primer modernismo. En este sentido, los llamados neomodernistas, en general, quieren ser más profundos que los modernos de 1920, en la medida en que apuestan por los valores eternos en lugar de los simplemente modernos.
Estamos más cerca de Alceu Amoroso Lima que de Alranlo Coutinho y Gilberto Mendonça Teles, cuando no consideramos a la Generación del 45 como parte extensiva del Modernismo, a pesar de alguna nomenclatura adaptada.
Así, el Modernismo estaría dividido en tres fases: modernismo (desde 1922); postmodernismo (desde 1930), y neo modernismo, (desde 1945). La tesis de que un aliento esteticista en la generación del 45 sería una extensión del impulso modernista nos parece reductora y forzada. De hecho, eso ya se realizó, y bastante bien, por la generación modernista del 30. Incluso la actitud adversa de los poetas del 45 hacia el Modernismo del 20.
Sin embargo, con el regreso al gusto por las formas clásicas, la manera parnasiano-simbolista es renovada treinta años después, bajo el clima de la poesía existencial del periodo en que nace, en plena Segunda Guerra Mundial. "Somos una realidad, un nuevo estado poético, y muchos son los que buscan un nuevo camino fuera de los límites del Modernismo", apuntaría Fernando Ferreira de Loanda, poeta-antólogo del grupo.
La aparición de la poesía concreta en 1956 y de su plano piloto como programa en 1958 es considerada una cesura en la línea de evolución lírica hasta esa fecha. Pues no sólo pretende romper el dique que representa la Generación del 45 -siempre con la excepción ambivalente de Joao Cabral-, sino también dictar el fin de línea del verso y su ideología discursivo-secuencial.
Las mudanzas que se producen en la poesía concreta se especifican en un nuevo valor del espacio dentro del poema y en otra secuencialización del tiempo en el nuevo verso/muchas veces palabra.
El poema adquiere también otro rango de construcción, otra textualidad y otra tipografía, como un nuevo tipo de melodía que pretende estar más cerca de modelos de composición musical.
El ensayista y poeta Antonio Riserio ha puntualizado la ampliación del campo por los concretos de Noigandres, hablándonos de "sintaxis espacial, de modos de ser de la palabra en estructuras ideográmicas", declarando así que difícil establecer esta continuidad. El propio Tristao de Athayde, seudónimo de Alceu Amoroso Lima, indica, expresamente, el año 1945 como el de la muerte del Modernismo.
Por su parte, el poeta Domingos Carvalho da Silva también participó en la aparición de una nueva poesía en su tesis del I Congreso Paulista de Poesía de 1948, organizado bajo auspicios de la Revista Brasileira de Poesía.
En el vaivén temporal de esta generación del medio siglo, la modernidad sería universalista (diálogo con la poesía existencialista internacional de la época) y su tradicionalismo brasileño (codificación de la temática poética). Antología Panorama da nova poesia brasileíra, Ed. Orleu, Río de Janeiro, 1951. "cada palabra tiene su propia poesía". Por otro lado, el poeta José Paulo Paes apuntaba la rica contradicción que guarda la crónica anunciada de la muerte del verso por los "concretos", en la medida en que ayuda a mudar la visión del mismo, inaugurando a partir de entonces una tensión mayor "entre la semántica de la forma y la semántica del contenido.
Para ello, se retoma cierto legado modernista de ruptura del lenguaje, pero acentuándolo. Incluso aparecen detalles en sintonía con Oswald de Andrade (por ejemplo, los versos del poema "Hip! Hip! Hoover!: América do Sul/América do Sol/América do Sal, ya son un prepoema visual concreto, y en el Manifiesto Antropofágico ya se encuentra la expresión: "somos concretistas").
Con la vanguardia concretista se rompe la relación dialéctica lenguaje/realidad, se cierra un ciclo de la poesía brasileña, que podría regirse por el concepto del Modernismo, siempre bajo la tesis de que él sería el eje polarizador de la literatura brasileña, estatuto que la aparición de las vanguardias del medio siglo no harían sino derribar. En este sentido, la poesía concreta es un divisor de aguas. Si hasta el momento la oposición entre espíritu universal y afirmación nacionalista era una constante de la literatura brasileña de acuerdo con la tesis propuesta por Antonio Candido, puede reconocerse que a partir del concretismo este problema deja de ser Antonio Riserio, en "Sobre a colheita de flores da fala", prólogo a la antología Outras praias. José Paulo Paes, en "Um poeta como outro qualquer", poética incluida en Artes e oficios da poesía, ambas referenciadas en bibliografía.
Otra posición y relectura que también reclama valor al concepto de Modernismo: "Desde el 22, la poesía brasileña ha caído dentro de dos categorías: modernista o inmaterial". Régis Bonvicino & Nelson Ascher, Nothing but the sol can't explain (20 Contemporary Brazilian Poets), Ed. Sun & Moon Press, Los Ángeles. 1997. Dicótomico, y con el movimiento del tropicalismo también sucederá algo semejante.
Si esta poesía puede considerarse como un movimiento de tierras en la lírica brasileña, no es tanto por lo que establece y produce como por lo que invita a realizar, a veces incluso en su contra.En esta misma fase intermedia del siglo XX, y siempre con la Generación del 45 de mero testigo ocular, se va a producir una histórica situación de vértigo poético en la que cada movimiento establece su "verdad" atacando al anterior y reformulando la naturaleza de la poesía según su óptica. En el breve periodo de diez años, se sucederán el movimiento de la poesía concreta, 1956; Tendencia, de Minas Gerais, 1957; el neoconcretismo, 1958; la poesíapraxis, 1962; el Violao de rua, 1963, por otra vía bien distinta; y ya más adelante, en 1967, el poema-proceso, en una verdadera espiral de experimentalismos y nuevas experiencias de lenguajes. A pesar de la enfática disparidad, han de considerarse los movimientos posteriores a la poesía concreta, de alguna forma, como desdoblamientos de ella, salvo la excepción del "violão de rua" (guitarra callejera), ya que coinciden en la disputa de un mismo campo: una nueva teoría de la creación poética.
La excesiva categorización racional del ejercicio poético, con la programación teórica firmada por el trío Haroldo y Augusto de Campos y Decio Pignatari, a través de la revista Noingandres, 4 (1958), va a producir cierta asfixia poética y reacciones en cadena. Primero, una divergencia interna, y después, exterior. De hecho, los poetas concretos tendrán un efecto tan plural como ambivalente dentro de la poesía brasileña: por un lado la actualizarán, amplificando su radio de acción en el conocimiento y reduciéndola en la figura emblemática de Ferreira Gullar, cuyos contra-postulados con el manifiesto neoconcreto (1958), suscrito por una pléyade de artistas de Río de Janeiro, significarán una apertura en el panorama acotado de la palabra objetivada y del arte de la época.
El neoconcretismo, aunque es más conocido en artes plásticas (Hélio Oiticica, Lygia Pape, Lygia Clark, Amilcar de Castro, Franz Weissmann, entre otros), también es una vertiente poética con tres nombres: Reynaldo Jardim, F. Gullar y Oliveira Bastos, y es una contestación a la poesía y al arte concreto, donde se afirma el poema como "un ser temporal", en contraposición al exclusivo aspecto visual y espacial.
El poeta y teórico de arte Ferreira Gullar, tras haber llegado a un final del lenguaje con un libro fundamental como La lucha corporal (1954), después de sus experiencias espaciales con las palabras, recuperará la subjetividad lírica, sin perder los horizontes abisales del poema, a lo largo de toda su extensa obra. Puede decirse que el neoconcretismo poético acabó en 1961, con el nuevo giro del poeta de Maranhao hacia la poesía popular de cordel y romancero, práctica, por el propio peso de los postulados. Después de la fase programático-utópica, como ha sido calificada por los propios autores concretistas, se retomará el verso para otras experiencias: neobarroca en el caso de Haroldo de Campos, objeto-visual y performativa en el caso de Augusto de Campos, e intersígnica en el caso de Décio Pignatari, abriendo más el abanico de interpretación lírica.
El citado manifiesto fue publicado en el periódíco de Río de Janeiro, Jornal do Brasil, el día 22 de marzo de 1959, firmado por los artistas Amilcar de Castro, Lygia Clark, Lygia Pape, Franz Weissmann y los poetas Ferreira Gullar, Reynaldo Jardim y Theon Spamudis. Ya a propósito de esta distinta lectura del arte constructivo en Brasil, puede significarse la marcada diferencia geográfico-cultural, de interpretación teórica y práctica, de actitud expresiva, que se da entre Sao Paulo y Río, proclives a una interpretación más racionalista y más subjetiva/sensorial, respectivamente. Los artistas concretos de Sao Paulo se consideraban representantes fidedignos del arte. Posteriormente, en 1962, llegará la poesía-praxis, pudiéndose establecer un hilo de continuación con el neoconcretismo. Su artífice-ideólogo Mário Chamie será el primero en identificar a la Generación del 45 y a la poesía concreta como dos formalismos, aunque de signo opuesto.
Valiéndose de esta situación de cortocircuito, la poesía-praxis buscará instaurar una salida al cerco linguístico concreto, vinculando más estrechamente palabra y universo extralinguístico (oralización y contexto social). Perseguirá una "microteoría del vocabulario", una nueva relación fónica, no ya entre palabras, sino entre sílabas y fonemas.A pesar de asociarse otros poetas a esta tendencia (Armando Freitas FiIho y Mauro Gama, así como Arnaldo Saraiva en Portugal o el modernista Cassiano Ricardo, por citar dos casos distintos), la mayoría de la obra praxis de valor corresponde a Mário Chamie; los de Río hicieron aparecer un nuevo valor de la obra como experiencia, en lugar de la teoría dominante. En el campo de la poesía, años más tarde, se volverá a reproducir este contraste entre la poesía post-constructiva y la marginal, también en Sao Paulo y Río, respectivamente.
Ferreira Gullar produce una sacudida poética con este libro capaz de hacer tambalearse los criterios líricos de la época. Además de su potencia y riqueza verbal, resitúa el tiempo histórico en la vida del poema. "La lucha corporal suponía una fuerte revisión de la poesía del Modernismo, y con su radicalidad abierta, antidogmática, barajó de nuevo las cartas, dando oportunidad a otros a sentarse a la mesa y comenzar a escribir". (Armando Freitas Filho, en Tres mosquete/ros. Artes e Oficios da poesia, Porto Alegre,1991).
(Fragmento de "Correspondencia Celeste" de Adolfo Montejo).
Este Nº 1 de la revista Palabras Escritas (240 páginas) continuará en una próxima entrada del blog de lapublicación por razones de espacio.
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